jueves, 21 de junio de 2007

Adiós Antonio Aguilar

Por: Maricarmen Santana/Milenio
El fallecimiento de Antonio Aguilar significa la pérdida de un ejemplar mexicano y un charro que supo darle a su país una gran sensibilidad a través de su arte, expresó Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México.
“Lamento profundamente el fallecimiento de Antonio Aguilar; su fallecimiento significa la pérdida no sólo de uno de los grandes artistas, sino también la muerte de un mexicano ejemplar, gran padre de familia, un hombre con una gran sensibilidad, el ‘Charro de México’.
El primer mandatario del país llegó acompañado de su esposa, Margarita Zavala, a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas para dar su pésame a la familia Aguilar. Después de permanecer unos minutos en la capilla 5, aprovechó el momento para reiterar la gran admiración que siempre sintió por el zacatecano.
“Yo particularmente, además, he seguido desde luego, como millones y millones de mexicanos, sus canciones, sus corridos, sus películas. También tuve la oportunidad de conocer su trayectoria humana y personal. Su gran sensibilidad como persona, el amor que profesó por su esposa, sus hijos, el gran cariño por México; descanse en paz”.
“Fue un gran mexicano y que el pueblo que lo quiere pueda rendirle un tributo no sólo a su arte, sino al ejemplo, y pueda verdaderamente seguir siendo su testimonio, semilla para un mejor México; descanse en paz Antonio Aguilar”, finalizó.
El cuerpo de Antonio Aguilar llegó a la funeraria en punto de las 6:00, pero para evitar que los fans y medios de comunicación irrumpieran entre el dolor de la familia Aguilar, se mantuvo en absoluto secreto por algunas horas el lugar en donde se le velaría.
Esto provocó que los admiradores del cantante se arremolinaran frente a la capilla principal del lugar y empezaron no sólo a depositar sus flores: algunos lloraron y otros más, con sentimiento, empezaron a
entonar sus clásicos corridos: “Caballo prieto azabache”, “Albur de amores” y “Siete leguas”.


El pueblo fue a despedir al más grande de los charros mexicanos.
Las notas musicales hacían que la piel se enchinara con “Triste recuerdo”, que s
e repitió una y otra vez en la funeraria de una manera muy sensible.
El convoy de la dinastía Aguilar, que venía procedente del rancho La Estrella, lugar en donde se ubica la residencia de la familia, llegó en punto de las 13:37. Su presencia motivó que de inmediato medios y fans se arremolinaran en torno a los vehículos gritando: “¡Queremos ver a tu papá!, ¡Antonio Aguilar es del pueblo!”, evitando que los familiares pudieran descender de sus autos.
Esto provocó que Pepe se bajara a suplicar a la gente que le permitieran la entrada a la capilla bajo la promesa de que todos acompañarían por algunos minutos a su padre, promesa que nunca se cumplió.
“Me encantaría que todos ustedes nos acompañaran, pero quiero que lo hagan ordenadamente; vamos a protegernos unos a otros para que no vaya a haber accidentes”, dijo Pepe Aguilar al bajar de la camioneta en la que venía acompañado de su mamá, Flor Silvestre, y su hermano Antonio. Ambos hermanos descendieron del auto con sus esposas e hijos.
Después se reunieron con don Antonio Aguilar y permanecieron al lado de su cuerpo yaciente por espacio de media hora en total intimidad y en medio de aplausos, porras y canciones abandonaron el lugar para dirigirse a la Basílica de Guadalupe, en donde se le ofició una misa de cuerpo presente.

“Se fue el último de los grandes”
Antes de
abandonar el lugar, su sobrina Guadalupe Pineda comentó entre sollozos:
“Me siento muy mal, triste, pero él ya está descansando; en estos momentos siento un sentimiento muy raro, de dolor, de pérdida irreparable para la familia.
Se fue el último de los grandes, no hay otro. Fue un hombre maravilloso, un gran ser humano, un gran hermano, un gran tío, bueno, generoso; no puedo decir más”, y en ese momento soltó en llanto.

Flor Silvestre y Pepe Aguilar cumplen con la última voluntad del actor y cantante mexicano.


Zacatecas lo recibe
Antonio Aguilar regresó a su tierra natal, a Zacatecas. En donde la noche de este miércoles el pueblo, su pueblo, se abocó a despedirlo a las calles, desde su llegada al aeropuerto internacional de Zacatecas.
Miles de personas despidieron al “Charro de México” desde que la carroza con sus restos mortales salió del aeropuerto rumbo al teatro Calderón. La familia Aguilar, acompañada por la gobernadora del estado Amalia García recibió el pésame de los
zacatecanos, demostrando con gritos y cantos su cariño al Charro de México.

Visita por última vez la Basílica de Guadalupe
Antes de salir de México, la familia decidió que don Antonio Aguilar visitara por última vez la Basílica de Guadalupe, lugar en donde el primado Norberto Rivera ofició una misa de cuerpo presente y más de seis mil mexicanos lo acompañaron.
“Antonio fue un gran hombre que pudo unir a su pueblo a través de su arte, su música, sus películas; y a través de fiestas y festivales expuso en alto la fe por la Virgen de Guadalupe y su patria”, dijo durante la homilía.
Ahí las más de seis mil almas reunidas, desde niños hasta adultos de la tercera edad, lo despidieron entre aplausos y notas musicales del Mariachi Zacatecano, entre las que se escucharon nuevamente las de “Triste recuerdo”.


Todo un artista
Antonio Aguilar, cuyo nombre de pila fue Pascual Antonio Aguilar Barraza, fue un actor y cantante de extensa trayectoria artística, además de que recorrió el mundo por casi 50 años con su espectáculo ecuestre.
El artista, quien desde temprana edad se inmiscuyó en el mundo del espectáculo, nació en Zacatecas el 17 de mayo de 1919, viajó a Hollywood a principios de los años cuarenta para estudiar canto y arte dramático, más tarde regresó a México para continuar con sus estudios. Inició su prolífica carrera con pequeños papeles de cine.
Sus padres, Jesús Aguilar y María de los Ángeles Barraza, influyeron de manera significativa en su formación artística.
Importantes personalidades hicieron guardia de honor a don Antonio Aguilar en su despedida.
Su carrera musical tuvo un récord de 163 discos, 25 millones de copias vendidas en el mundo y miles de presentaciones con su espectáculo equino.
El actor fue reconocido como uno de los máximos exponentes de la canción popular mexicana, por ello fue considerado ‘El Charro de México’.
El primer papel importante de Aguilar dentro de la actuación fue con la película El casto Susano, con Joaquín Pardavé en 1952, y a partir de ahí la carrera del actor siguió en ascenso, pues cuatro años después protagonizó la película Tierra de hombres, del director Ismael Rodríguez.
Dentro de la actuación, Aguilar fue reconocido por sus comedias rancheras en donde llevó a la pantalla a personajes famosos e históricos como: Heraclio Bernal, Emiliano Zapata, Felipe Carrillo Puerto, Gabino Barrera y Lucio Vásquez, entre otros.
También participó en la realización de argumentos y guiones de películas de cine, muchas protagonizadas por él.
Fue también Gran Mariscal del Desfile de la Independencia de México en la ciudad de Los Ángeles, en donde recibió las llaves de esa localidad en 1973, 1974 y 1996.
En cuanto a la música, la mayoría de sus canciones sobresalieron por ser de la época de la Revolución Mexicana lo cual lo llevó a obtener mayor fama a nivel internacional.
Antonio Aguilar fue además un apasionado de los caballos, por ello realizó varias presentaciones de espectáculo ecuestre, siempre acompañado de Flor Silvestre, y sus hijos.

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